Sentado bajo el farol tenue de una luz cierro los ojos;
Medito, entre la sombra de la luz y el lúgubre pensar…
Pienso, analizo y repienso los porqués y los te amo
que alguna vez tuve. No por ti, no por mí: por los dos.
Y encuentro, en la obscuridad del momento, un punto:
un instante de luz que llega a esclarecer un tanto
y otro tanto más, los fulgores que destellan de dos
almas que hacen una. No para ti, no para mí: para los dos.
Porque para mí son dos almas, para ti son más que yo;
para mí es un amor, para ti es un instante, para mí, así,
para ti, así no, y se nos va la vida entre un desacuerdo.
Y entre que nos queremos y no, se desvanece otro día,
y la tenue luz del farol se apaga con el sol de mediodía
para vivir el amor otra vez. No por ti, no por mí: por tú y yo.
Cuando se descubre la magia de la vida, esa magia misma que nos hace soñar, llegamos a recónditos manantiales de belleza, fantasía e ilusión. Nadie, jamás, pudo nunca eliminar esa fuente eterna de la "juventud, divino tesoro" y nadie, nunca, podrá quitarnos ese legado de Amor que hemos heredado, esas fragancias que ha dejado el Amor en nuestro paso, porque, pues, el Amor es algo más...
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Recorriendo la Poesía
"No digáis que, agotado su tesoro, de asuntos falta, enmudeció la lira: podrá no haber poetas pero siempre habrá poesía."
Gustavo Adolfo Bécquer
Gustavo Adolfo Bécquer
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