Aún me es incierta la razón
de cómo puedes tu saber
la pena que hay en mi corazón,
que nadie aún echar de ver.
Aún no sé cómo, de algún
modo, sabes mi mayor secreto;
Secreto que nadie, aún,
ha descubierto por completo.
Aún no comprendo cómo pudiste
comprender todos mis abrojos…
Aún no entiendo cómo viste
todo aquello que gritan mis ojos.
¿Es tan así mi alma pura
que grita todo lo que siente,
que dice todo y, sin mesura,
lo grita y no se arrepiente?
Has desnudado mis dudas,
y este mi corazón infinito…
¿Será mucho pedir si me ayudas
a olvidarte tan solo un poquito?
Porque sé que aunque grito
con los ojos lo que a nadie le digo,
no sabes lo que no he escrito
de las penas que llevo conmigo.
Y no sabes que la intuición
siempre es dudosa y es finita…
Pues no sabes que al corazón
nadie le pone lo que otro le quita.
Ahora que sabes mi debilidad,
ahora que eres tan gurú;
me pregunto si sabes de verdad
que ese punto débil eres tú.
Ya que conoces lo que siente
mi corazón, y conoces su modo…
Me pregunto si pasa por tu mente
que para mí, lo eres todo.
Ya que viste en mi semblante
lo que en otros incomodo…
Me pregunto si, por un instante,
piensas en mí; pues eres mi todo.
Cuando se descubre la magia de la vida, esa magia misma que nos hace soñar, llegamos a recónditos manantiales de belleza, fantasía e ilusión. Nadie, jamás, pudo nunca eliminar esa fuente eterna de la "juventud, divino tesoro" y nadie, nunca, podrá quitarnos ese legado de Amor que hemos heredado, esas fragancias que ha dejado el Amor en nuestro paso, porque, pues, el Amor es algo más...
Páginas
Recorriendo la Poesía
"No digáis que, agotado su tesoro, de asuntos falta, enmudeció la lira: podrá no haber poetas pero siempre habrá poesía."
Gustavo Adolfo Bécquer
Gustavo Adolfo Bécquer
No hay comentarios:
Publicar un comentario